El 25 de noviembre de 2018 se nos fue Carlos Permuy (1958).
Carlos empezó a jugar a los 14 años, esto era habitual en la época, es decir, no empezar con 5 o 6 años como ahora, y a los 12 (en muchos casos) estar quemados. En su debut en los Campeonatos de España Escolares en 1973, logró empatar en el tercer puesto.
Así, a finales de los 70 ya se acercaba al nivel de los mejores jugadores gallegos. Aprovecho para comentar, que desde mi punto de vista, he convivido con cuatro grandes generaciones de grandes ajedrecistas, cada una encabezada por:
- Los Maestros Nacionales Domingo Merino Mejuto (1939-2018) y Fernando Prada Rubín (1931-2008). Compañeros de miles de partidas en el Café Marfil de Coruña. Fernando me entregaba material sin parar… con todo tipo de gambitos (principalmente el Morra)…para darme uno tras otro mate…mientras encendía un nuevo puro….Domingo me torturaba posicionalmente con su Samisch, mientras me contaba anécdotas de su vida como profesional del ajedrez (antes de ser Alcalde de Coruña).
- Fernando de La Fuente (1954-2013), Xosé Larrosa (1959) y Carlos Permuy (1958-2018), jugadores que tuvieron un nivel de juego muy cercano al de Maestro Internacional.
- Diego Guerra (1970), Roberto Paramos (1972), Jacobo Caselas (1973) y Marcial García (1971), jugadores de mi generación que alcanzaron el nivel de Maestro Internacional (aunque a Marcial le faltó algún requisito burocrático).
- David Lariño (1989), Ivan Salgado (1991) y Manuel Pena (1988), a los que vi crecer desde niños y alcanzaron el nivel de Gran Maestro.
Volviendo a Carlos, yo tenía 16 o 17 años cuando lo conocí, él era el Campeón Gallego de Ajedrez (un título que en aquel entonces lo significaba todo), era una persona menuda, tenía una espesa barba, un pintoresto sombrero y una mirada pícara pero sincera.

Era muy inteligente, carismático, rebelde, alegre, muy simpático, con una eterna sonrisa y con una energía sobrenatural. Tenía un duro pasado que no ocultaba, porque ante todo Carlos siempre hablaba claro y sin tapujos. La pérdida (muy mediática) de su condición de funcionario de Hacienda, le empujó a profesionalizarse como jugador y sobre todo como entrenador de ajedrez, lo que fue una suerte para jóvenes talentos coruñeses como Moira Rodríguez o Xan Guillén.
Carlos era muy bueno como entrenador, no solo porque tenía un gran nivel, las ideas claras y una gran capacidad didáctica, sino porque conectaba muy bien con los niños, les trataba con mucho cariño y se preocupaba mucho de su evolución, tanto ajedrecística como personal.
Carlos vivió intensamente, siempre me decía que aún le quedaban alguna de sus siete vidas…y era cierto…porque que ya en los últimos años, tuvo un grave accidente laboral del que parecía imposible salir vivo…y salió…recuerdo que lo vi con una especie de andarín en un torneo de Ferrol…me comentó que los médicos decían que le iba a costar volver a andar….y a los meses ya lo volví a ver andando perfectamente…
Carlos Permuy Great Hits I (analizado por Jesús Rodríguez)
Carlos Permuy Great Hits II (analizado por Jesús Rodríguez)
En Ferrol se organizó el año pasado su primer memorial.
PD:
Cuando le llevaba en coche, le solía poner una canción de Los Rodríguez que le gustaba mucho: Salud, dinero y amor
Y en especial le gustaba la frase:
«Brindo por la victoria , por el empate y por el fracaso…»
Conocí a Carlos durante el Campeonato de España Juvenil de 1976 (Barcelona) y 1977 (Carcaixent). Que buenos recuerdos. Vino en un Dos Caballos desde Galicia. Contrastaba con tanto muermo que abundaba entonces en nuestro mundo. No sabía que había fallecido. Gracias, Sande , por este servicio público que es tu blog.
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