En Memoria de…Domingos Merino

Yo veía a Domingos Merino (1939-2018) como algo similar al Bobby Fischer gallego…

Me explico. Cuando empecé a introducirme en el ajedrez coruñés, a inicios de los noventa, muchos me decían que sin duda el ajedrecista gallego más fuerte había sido Domingo Merino: Maestro nacional, varias veces finalista en el Campeonato de España, y primer «profesional» gallego de ajedrez. Se nombraba siempre con gran admiración al ausente Domingo Merino Mejuto.

Pero cambió el ajedrez por la política, fue el primer alcalde democrático de Coruña (1979-1981)… a lo que siguió una larga carrera que le alejó de los tableros….hasta que en las elecciones gallegas de 1993 perdió su escaño en el Parlamento Gallego…se disolvió su partido y aunque se integró en el BNG… y no se desvinculó de la política…para nuestra suerte…volvió al ajedrez…

Además de ser compañeros de equipo, compartí cientos de tardes con él en el Café Marfil, epicentro del ajedrez coruñés en los 90.

Mi primera impresión fue…decepcionante.

Al haberlo visto durante años frecuentemente en prensa en fotos de comparecencias públicas, me había hecho la imagen de «un animal político» con don de gentes, «labia», capacidad oratoria y magnetismo. Pero el Domingo que me encontré, que por cierto parecía veinte años más joven de lo que era, era muy reservado, de pocas palabras y hasta un poco huraño. Era tan gris, que parecía más un inspector de hacienda infiltrado que un político. Yo esperaba alguien como Juan Antonio Sardina, que mientras jugaba no paraba de hablar y contar anécdotas. A nivel de su juego, después de varias décadas totalmente inactivo, mis expectativas eran tan altas, que sinceramente, se vieron defraudadas.

Pero estas impresiones fueron cambiando al ir conociéndole mejor, café a café, partida a partida…comentario a comentario, todo muy a cuentagotas. Cada día durante muchos años fui completando su perfil, hasta que me di cuenta que no era el Domingo Merino Mejuto al que se referían los veteranos jugadores gallegos…sino Domingos Merino Mexuto, como se llamaba realmente y cambió su nombre al llegar la democracia.

Inicialmente me llamaba mucho la atención que tenía una relación muy fría con los ajedrecistas de su época. No era mala relación, pero sí bastante aséptica. Marcaba mucho las distancias y no era de fácil acceso.

«Merino es así», me decían sus antiguos compañeros de equipo. Sin embargo, conectaba mejor con los jóvenes, y en el día a día solía soltarme alguna confidencia.

Un día me contó la historia de un alto mando militar, que era ajedrecista, de forma muy intimidatoria durante la partida, desenfundó su arma y la puso sobre la mesa. Domingo había desarrollado su carrera ajedrecista durante la dictadura, donde el epicentro de la actividad eran instituciones como el Casino de Coruña, con un ambiente en general «muy de derechas», militarizado y elitista…y él no encajaba en ese ambiente…

Ya que Domingos era izquierdista, galleguista, republicano, sin estudios y homosexual.

Recuerdo que cuando su marido Jorge iba a buscarle al café, algún veterano no podía evitar hacer algún chascarrillo. Si eso era en los 90, no quiero pensar cómo sería en los 60.

Cuando era alcalde de Coruña, tuvo fuertes encontronazos con las autoridades militares por no llevar corbata…y no mostrarles «el debido respeto».

Este rencor al poder militar, que ahora vemos muy lejano, antes estaba más presente. Recuerdo en un torneo de Artesanos que a Carlos Permuy le correspondía un bonito trofeo donado por la Capitanía General de A Coruña…y lo rechazó diciendo » ¡En mi casa no entra ningún militar!». También recuerdo cuando al día siguiente del 11S de 2001…en el que se derribaron las torres gemelas…Domingos entre jugada y jugada comentaba con una pícara sonrisa: «por fin lles deron da sua propia mediciña…»

Fue un alcalde atípico, muy avanzado para la época…tanto que dimitió por sorpresa…

Hay un reciente documental que describe la importancia de su figura política.

Outra Coruña Posible: Domingos Merino (2018) en el que participa el conocido escritor Manuel Rivas, que fue jefe de prensa del ayuntamiento de Coruña durante su mandato.

Otra anécdota que recuerdo, es que me contó que para «sacar ELO», tuvo que enviar en un sobre a EEUU su currículum ajedrecístico y unos 20 dólares al doctor Arpad ELO.

Estaba muy orgulloso de su victoria sobre Planinc (1970), en el que con su estilo sólido pero preciso se impuso al gran talento esloveno.

Enseguida fui notando la gran fuerza ajedrecística de Domingos. Su principal virtud era su gran tenacidad defensiva. Era capaz de resistir al borde del abismo durante horas, tenía una gran capacidad de sufrimiento…y cuando bajabas un poco la guardia…la posición daba la vuelta y te ganaba. Esta capacidad defensiva que vemos ahora en los jugadores modernos, ya la tenía Domingos en los años 60. Hay que reconocer que era tan tenaz, que llegaba a ser un poco «cabezón» en los análisis…Más de una vez tuve que decirle…»Domingos, sabes perfectamente que eso es indefendible…»….a lo que él me respondía…»Xoga».

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5 respuestas a “En Memoria de…Domingos Merino

  1. Para mi la mejor victoria de Domingos,en Ourense En el Torneo Cerrado Internacional no recuerdo si el IV o V.Donde gano brillantemente al nº 4 del mundo en ese momento el danes Bent Larsen.

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