Tras anunciar que jugaría Kasparov, llevaba varios días esperando el torneo de blitz de Croacia este sábado por la tarde.
El resultado de la primera manga de hoy ha sido terrible para Kasparov:

Ya no es que le ganara Mamedyarov en 7 jugadas, le quitarán un par de minutos de media por partida…en general le comieron las piezas y el rey… es muy difícil estimar al nivel que ha jugado.
Mañana es la segunda vuelta, esperemos que se reponga, porque las últimas partidas parecía un espectro en el tablero. Nada que ver con las dignas actuaciones de San Louis de hace pocos años.
Seirawan comentaba que nunca, nunca, nunca… imaginaba ver a Kasparov jugar así, pese a que estuviera desentrenado.
1. La edad (58 años) es un factor importante. Si vamos a los 100 mejores jugadores del mundo , los únicos que se mantienen pasados los 50, por su talento y su descomunal capacidad de trabajo son Anand (51 años nº 15), Ivanchuk (52 años nº 57) y Gelfand (53 años nº 59).
La media de edad de los 100 mejores del mundo es 32,6 años.
2. La falta de entrenamiento. Seguro que Kasparov se ha preparado para el torneo, nunca iría a jugar estilo «Karpov». Pero el nivel de entrega que requiere el ajedrez de élite hoy en día es 100%. Vemos que cuando un jugador se relaja un poco, baja 50 o 100 puntos (Vachier, Navara, Nakamura…).
3. La evolución del juego. Al margen de la edad y el entrenamiento, el ajedrez ha evolucionado mucho en los últimos años. Nepo comentaba después de las rondas que hoy en día la gente preparaba muchas horas líneas muy complejas y que eso terrible a este ritmo sino estabas muy preparado. Además de preparación de aperturas, ha aumentado mucho el nivel defensivo de los jugadores, el cálculo rápido y preciso y la compresión del dinamismo. Si el ajedrez en la época de Kasparov iba a 100 kms por hora…ahora va a 300 kms… Una cosa es ver las partidas de la élite y percibirlo y otra el adquirir ese dinamismo a base de combate a muerte diario, muchas más partidas al año de las que jugaba Kasparov en su año más activo.
Kasparov hace el ridículo. Se niega a aceptar que ya no es protagonista. Él mismo lo dijo no hace mucho: su mayor temor es pasar a ser prescindible. Hace muchos años, cuando la vuelta de Fischer, ‘Time’ tituló un editorial así: ‘Never come back.’
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